VAMOS.

Vamos que el pasaporte color azul ya es vino tinto,
y se pone de moda la casaca negra con la frase Why?.
Vamos que el vino rojo, rojo, grueso, aromático y afrutado 
baña deliciosamente mi lengua... y mi visión es en un tris,
una bala de águila penetrando en una estación.
Vamos y tomemos por la solapa al hombre obseno que dice
vítores frente a cada masacre a la dignidad.
Yo no sé... 
¿que música es la que suena ondulante desde este balcón?
Vamos y gritemos que el mundo es plano... que Galileo bebía
mucho vino toscano...  y lo demás es fama, fama.
Calor en medio del invierno... invierno en medio de un beso estival.
Vamos, vamos y vamos trocándonos los pulsos que suenan y
llaman a deshora... cuando menos lo esperamos...
cuando ya la vida corre, casi vuela y nos acorralan desnudándonos
con los huesos palpitantes sin verguenza enfrente de las cámaras
con licencia de pronósticos fulgurantes que nos hacen un guiño
travieso... en medio de la ibérica tarde en que lees mi verso...
Sí, vamos ya de una vez,
el tiempo apremia decididamente cuando vamos viendo una que otra
pista sangrienta...
de que ya no hay letreros,
porque se trata de eso,
justo,
Vamos ya.



trasnoche... y poemas...

INCOHERENCIAS.

Deambulo entre gotas de cristales que tímidamente quieren ser lluvia.
Las botas hacen el curso de la subida, el gris de la mañana  se presenta,
mediciones, palabras, pensamientos y proyectos.
Grandioso el eco de los ojos mirando la torre aquella... fotos, curiosidad,
gente circular.
Poses, miradas, la historia metida en una ciudad... invernal.
Soy David de Firenze... buscando a su Goliat falsificado, 
soy la máquina de hacer ilusiones enquistada en un computador.
Torcer la dádiva de la vida en un país lejano,
componer un poema con olor a vino fojo,
todo es simplemente, estar y sentir...
pasar frenéticamente del ámbito platónico al piso terroso de la soledad.
Vamos y vinimos... tantas veces en la vida, que el eco paupérrimo de la
sociedad no nos toca, ni los fusiona.
Paso lento casi retrógrada, quisiera íntimamente detenerlo todo.
Entre tanta gente multicolor... compro una roca blanca... para alumbrar
la noche de los malos pensamientos.
¿Quién eres? ¿Quién soy?
Incoherencias.





trasnoche... y poemas...